La ira es una emoción natural del ser humano, es la consecuencia de la frustración o amenaza y es hasta cierto punto, saludable y necesaria para nuestra supervivencia.
Aunque algunos estudios indican que los adultos mayores poseen mayor capacidad para manejar sus emociones negativas, vale la pena saber cómo controlar la ira.
La forma instintiva en que suele manifestarse la ira es con una respuesta agresiva. Aunque negativa, esta reacción es necesaria para nuestra supervivencia, pues prepara a nuestro cuerpo para defendernos en situaciones críticas. El problema se presenta cuando al enojarnos con algo o alguien, reaccionamos de manera desmedida y la situación se convierte en algo nocivo que puede afectarnos de forma física y psicológica a nosotros mismos y a las demás personas.
Como todos los estados emocionales, cada persona reacciona de manera distinta ante las frustraciones, miedos y amenazas. En general, podemos decir que existen situaciones que a cualquiera pueden molestar al grado de caer en un enojo exagerado: cuando algo a lo que le hemos puesto empeño no sale como queremos, cuando alguien nos agrede o perjudica o cuando nos azotan problemas económicos o de salud.
Se tiene la idea de que la vejez viene acompañada de un carácter difícil de sobrellevar, lleno de enojos; es la idea del “viejito gruñón” que tiene gran parte de la sociedad. Sin embargo, buena cantidad de estudios han demostrado que las personas de la tercera edad, en general tienen mayor habilidad por manejar sus emociones negativas, son menos propensas a engancharse y saben controlar su enojo con mayor inteligencia. No obstante, es bueno conocer algunos métodos para controlar la ira por si esta llega a presentarse.
La ira o enojo viene acompañada siempre de cambios físicos, la presión arterial aumenta, la adrenalina inunda al cuerpo, hay rigidez muscular y aumenta la frecuencia cardiaca. Cuando esto ocurre, es conveniente llevar a cabo ciertas técnicas que recomiendan los expertos en el manejo de la ira:
•Haz ejercicios de respiración: inhala profundamente, cuenta hasta cinco y exhala.
•Cuenta lentamente hasta 10: justo como recomendaba aquel comercial. Piensa que después de contar podrás manifestar con violencia tu enojo, pero al cabo del conteo habrás conseguido disminuir tu rabia.
•Abandona el lugar: ante los primeros síntomas de enojo desmedido.
•Toma asiento: o de ser posible recuéstate.
•Distrae tu atención: evita pensar en el motivo de tu enojo y desvía tus sentidos hacia algo placentero.
•Si tu forma de manifestar tu ira es desmedido y esto ocurre con mucha frecuencia, lo mejor es acudir a un especialista (psiquiatra, psicólogo o terapeuta) que te ayudará a reaccionar de manera no violenta ante la frustración.
La ira es una emoción natural del ser humano, es la consecuencia de la frustración o amenaza y es hasta cierto punto, saludable y necesaria para nuestra supervivencia.
Aunque algunos estudios indican que los adultos mayores poseen mayor capacidad para manejar sus emociones negativas, vale la pena saber cómo controlar la ira.
La forma instintiva en que suele manifestarse la ira es con una respuesta agresiva. Aunque negativa, esta reacción es necesaria para nuestra supervivencia, pues prepara a nuestro cuerpo para defendernos en situaciones críticas. El problema se presenta cuando al enojarnos con algo o alguien, reaccionamos de manera desmedida y la situación se convierte en algo nocivo que puede afectarnos de forma física y psicológica a nosotros mismos y a las demás personas.
Como todos los estados emocionales, cada persona reacciona de manera distinta ante las frustraciones, miedos y amenazas. En general, podemos decir que existen situaciones que a cualquiera pueden molestar al grado de caer en un enojo exagerado: cuando algo a lo que le hemos puesto empeño no sale como queremos, cuando alguien nos agrede o perjudica o cuando nos azotan problemas económicos o de salud.
Se tiene la idea de que la vejez viene acompañada de un carácter difícil de sobrellevar, lleno de enojos; es la idea del “viejito gruñón” que tiene gran parte de la sociedad. Sin embargo, buena cantidad de estudios han demostrado que las personas de la tercera edad, en general tienen mayor habilidad por manejar sus emociones negativas, son menos propensas a engancharse y saben controlar su enojo con mayor inteligencia. No obstante, es bueno conocer algunos métodos para controlar la ira por si esta llega a presentarse.
La ira o enojo viene acompañada siempre de cambios físicos, la presión arterial aumenta, la adrenalina inunda al cuerpo, hay rigidez muscular y aumenta la frecuencia cardiaca. Cuando esto ocurre, es conveniente llevar a cabo ciertas técnicas que recomiendan los expertos en el manejo de la ira:
•Haz ejercicios de respiración: inhala profundamente, cuenta hasta cinco y exhala.
•Cuenta lentamente hasta 10: justo como recomendaba aquel comercial. Piensa que después de contar podrás manifestar con violencia tu enojo, pero al cabo del conteo habrás conseguido disminuir tu rabia.
•Abandona el lugar: ante los primeros síntomas de enojo desmedido.
•Toma asiento: o de ser posible recuéstate.
•Distrae tu atención: evita pensar en el motivo de tu enojo y desvía tus sentidos hacia algo placentero.
•Si tu forma de manifestar tu ira es desmedido y esto ocurre con mucha frecuencia, lo mejor es acudir a un especialista (psiquiatra, psicólogo o terapeuta) que te ayudará a reaccionar de manera no violenta ante la frustración.