La piel del ser humano, además de ser el órgano de mayor tamaño del cuerpo, es también una de las zonas más delicadas, pues es lo que nos permite en gran parte, tener contacto con lo que nos rodea. Y es justamente llegada la tercera edad, es que debemos comenzar a preocuparnos aún más por el cuidado de nuestra piel, pues con el paso del tiempo llega a perder textura, elasticidad y humectación.
Llegamos a una edad en la que la piel se vuelve más seca y delgada, lo que ocasiona que no conserve la fortaleza de una piel joven, por lo que las lesiones pueden llegar a presentarse más seguido y quizás, la cicatrización de las heridas sea más prolongada y dolorosa. La piel seca puede depender también del clima y las condiciones en las que uno vive.
Aunque la limpieza en el adulto mayor suele ser un bien necesario para evitar o combatir las enfermedades e infecciones que rodean el medio ambiente, es importante saber que la piel llega a perder aceites esenciales que la humectan y protegen, por lo que lavado frecuente puede ocasionar la pérdida de éstos humectantes. Lo recomendable es utilizar jabones neutros y procurar no tallar la piel durante el lavado, es posible que la piel conserve su escudo si sólo se utiliza el jabón cada tercer día.
Una alimentación equilibrada también ayuda a mantener la piel sana e hidratada, pues genera estos aceites naturales que dan vida y suavidad a nuestra piel, por lo que hay que evitar comida rica en grasa y procurar tomar mínimo dos litros de agua diario, así evitaremos que la piel se reseque y dañe.
Debido a los nutrientes que pierde nuestra piel y a su corta o lenta regeneración celular, es importante utilizar siempre cremas o aceites naturales que la mantengan suave y saludable.
Otra medida que puedes tomar en cuenta para mantener una piel saludable, es evitar contacto con productos químicos, como detergentes, aceites y aquellos que estén hechos a base de alcohol. Algunos factores como el cigarro y la ingesta de alcohol pueden acelerar el envejecimiento celular.
Hay algunos elementos naturales de los que debemos cuidarnos en medida de lo posible, como la radiación solar y el viento. La contaminación puede generar que tu piel produzca células muertas, resequedad e infecciones, por lo que debes mantenerte al pendiente de los niveles de suciedad en el ambiente y cubrir tu piel para evitar alguno de estos males.
La piel del ser humano, además de ser el órgano de mayor tamaño del cuerpo, es también una de las zonas más delicadas, pues es lo que nos permite en gran parte, tener contacto con lo que nos rodea. Y es justamente llegada la tercera edad, es que debemos comenzar a preocuparnos aún más por el cuidado de nuestra piel, pues con el paso del tiempo llega a perder textura, elasticidad y humectación.
Llegamos a una edad en la que la piel se vuelve más seca y delgada, lo que ocasiona que no conserve la fortaleza de una piel joven, por lo que las lesiones pueden llegar a presentarse más seguido y quizás, la cicatrización de las heridas sea más prolongada y dolorosa. La piel seca puede depender también del clima y las condiciones en las que uno vive.
Aunque la limpieza en el adulto mayor suele ser un bien necesario para evitar o combatir las enfermedades e infecciones que rodean el medio ambiente, es importante saber que la piel llega a perder aceites esenciales que la humectan y protegen, por lo que lavado frecuente puede ocasionar la pérdida de éstos humectantes. Lo recomendable es utilizar jabones neutros y procurar no tallar la piel durante el lavado, es posible que la piel conserve su escudo si sólo se utiliza el jabón cada tercer día.
Una alimentación equilibrada también ayuda a mantener la piel sana e hidratada, pues genera estos aceites naturales que dan vida y suavidad a nuestra piel, por lo que hay que evitar comida rica en grasa y procurar tomar mínimo dos litros de agua diario, así evitaremos que la piel se reseque y dañe.
Debido a los nutrientes que pierde nuestra piel y a su corta o lenta regeneración celular, es importante utilizar siempre cremas o aceites naturales que la mantengan suave y saludable.
Otra medida que puedes tomar en cuenta para mantener una piel saludable, es evitar contacto con productos químicos, como detergentes, aceites y aquellos que estén hechos a base de alcohol. Algunos factores como el cigarro y la ingesta de alcohol pueden acelerar el envejecimiento celular.
Hay algunos elementos naturales de los que debemos cuidarnos en medida de lo posible, como la radiación solar y el viento. La contaminación puede generar que tu piel produzca células muertas, resequedad e infecciones, por lo que debes mantenerte al pendiente de los niveles de suciedad en el ambiente y cubrir tu piel para evitar alguno de estos males.