Cuando se cuida a una persona mayor a veces con el afán de ayudarle en todo lo posible se llega a perjudicar, ya que hacer las cosas por él o por ella lo único que se está haciendo es que sea una persona dependiente de los demás, seguramente si una persona necesita ayuda no es independiente pero tampoco es completamente incapaz, podemos hacer cosas para que nuestro familiar o la persona que cuidaemos sea más autonoma y por tanto menos dependiente.
El objetivo de cuidar a una persona también está el que sea lo más autónoma posible, es favorecer su independencia para que después no se desarrollen otras situaciones fisicas y psíquicas más complejas. Para ello debemos observas que puede hacer y a partir de allí se le pueden encargar tareas concretas dentro de sus posibilidades, puede ser en tareas domésticas de casa, (por ejemplo en su aseo personal que él o ella si es posible se cambien de ropa, se hagan la higiene, participar en pequeñas tareas de la cocina). Si al principio se equivocan o no lo hace bien, debemos animarle para que la siguiente lo haga mejor.
Enseñar a otra persona a realizar pequeñas tareas demanda tiempo y paciencia cosas que a veces no tenemos, pero recordemos que cuidar en exceso perjudica los sentimientos del otro, es decir se siente inútil, que no sirve para nada, lo contrario cuando sabe que requerimos de su ayuda y que de él o de ella dependen algunas tareas de la casa, su autoestima se ve fortalecida, su carácter mejora, participa más en tareas de casa y en toma de descisiones además que es más independiente, pero para ello siempre debemos partir del respeto y la constancia.
Cuando se cuida a una persona mayor a veces con el afán de ayudarle en todo lo posible se llega a perjudicar, ya que hacer las cosas por él o por ella lo único que se está haciendo es que sea una persona dependiente de los demás, seguramente si una persona necesita ayuda no es independiente pero tampoco es completamente incapaz, podemos hacer cosas para que nuestro familiar o la persona que cuidaemos sea más autonoma y por tanto menos dependiente.
El objetivo de cuidar a una persona también está el que sea lo más autónoma posible, es favorecer su independencia para que después no se desarrollen otras situaciones fisicas y psíquicas más complejas. Para ello debemos observas que puede hacer y a partir de allí se le pueden encargar tareas concretas dentro de sus posibilidades, puede ser en tareas domésticas de casa, (por ejemplo en su aseo personal que él o ella si es posible se cambien de ropa, se hagan la higiene, participar en pequeñas tareas de la cocina). Si al principio se equivocan o no lo hace bien, debemos animarle para que la siguiente lo haga mejor.
Enseñar a otra persona a realizar pequeñas tareas demanda tiempo y paciencia cosas que a veces no tenemos, pero recordemos que cuidar en exceso perjudica los sentimientos del otro, es decir se siente inútil, que no sirve para nada, lo contrario cuando sabe que requerimos de su ayuda y que de él o de ella dependen algunas tareas de la casa, su autoestima se ve fortalecida, su carácter mejora, participa más en tareas de casa y en toma de descisiones además que es más independiente, pero para ello siempre debemos partir del respeto y la constancia.