Una nueva prueba de sangre podría ser capaz de detectar la presencia de alzheimer cuando la enfermedad todavía se encuentra en sus primeras fases. La técnica ha sido desarrollada por investigadores británicos y emplea ciertas proteínas asociadas a este tipo de demencia, como amiloide y APOE.
Mediante un análisis de sangre realizado a personas con alzheimer o que tenían problemas de memoria, se ha podido identificar una combinación de biomarcadores, que son distintos en las personas sanas, y que los científicos asociaron a la enfermedad.
Aunque la prueba todavía tiene que ser validada, y podrían transcurrir diez años antes de que pudiera estar disponible en la práctica clínica, Kevin Morgan, profesor de la Universidad de Nottingham, ha explicado que se trata de un descubrimiento con un gran potencial, ya que podría contribuir a facilitar el diagnóstico de alzheimer de forma rápida y sencilla.
Si se comprueba su efectividad, podría emplearse para detectar la enfermedad antes de que se manifiesten los primeros síntomas. Morgan afirma que podría servir para identificar a los pacientes en riesgo de desarrollar alzheimer y realizar un control periódico de los mismos, o bien derivarlos directamente al especialista para que les realice pruebas adicionales. Además, también podría emplearse para orientar el tratamiento de esta enfermedad comprobando que se está administrando la terapia más adecuada para el paciente.
Eric Karran, director de Investigación de Alzheimer del Reino Unido ha reconocido que poder usar un análisis de sangre junto a otras pruebas médicas resultaría de gran ayuda.
Una nueva prueba de sangre podría ser capaz de detectar la presencia de alzheimer cuando la enfermedad todavía se encuentra en sus primeras fases. La técnica ha sido desarrollada por investigadores británicos y emplea ciertas proteínas asociadas a este tipo de demencia, como amiloide y APOE.
Mediante un análisis de sangre realizado a personas con alzheimer o que tenían problemas de memoria, se ha podido identificar una combinación de biomarcadores, que son distintos en las personas sanas, y que los científicos asociaron a la enfermedad.
Aunque la prueba todavía tiene que ser validada, y podrían transcurrir diez años antes de que pudiera estar disponible en la práctica clínica, Kevin Morgan, profesor de la Universidad de Nottingham, ha explicado que se trata de un descubrimiento con un gran potencial, ya que podría contribuir a facilitar el diagnóstico de alzheimer de forma rápida y sencilla.
Si se comprueba su efectividad, podría emplearse para detectar la enfermedad antes de que se manifiesten los primeros síntomas. Morgan afirma que podría servir para identificar a los pacientes en riesgo de desarrollar alzheimer y realizar un control periódico de los mismos, o bien derivarlos directamente al especialista para que les realice pruebas adicionales. Además, también podría emplearse para orientar el tratamiento de esta enfermedad comprobando que se está administrando la terapia más adecuada para el paciente.
Eric Karran, director de Investigación de Alzheimer del Reino Unido ha reconocido que poder usar un análisis de sangre junto a otras pruebas médicas resultaría de gran ayuda.